martes, 30 de agosto de 2016

Vacaciones de verano 2016. Decimotercera parte

Volver de Lisboa se antojó, por momentos, una misión imposible.
A saber , empezamos el día encontrándonos la cafetería de nuestros desayunos cerrada. Si bien es cierto que nos condujo a encontrar otra muy curiosa, con todo tipo de billetes en las paredes y con un pequeño escenario para actuaciones por las tardes.
Después el coche no arrancaba. Tras llamar al seguro nos encontramos que la batería está ya, claramente, dañada y con marcas de haber sido arrancada varias veces. La grúa nos la arranca y nos ponemos en marcha hasta Aveiro. Tuvimos que conducir forzando las revoluciones pensando que así la cargábamos bien. Pero tras comer en Aveiro y disfrutar del único canal, nos encontramos de nuevo con la falta total de carga. Después de llamar al seguro de nuevo, Alfonso se muestra brillante y para a un taxi que resulta que lleva pinzas y nos ayuda arrancándonos el coche.
Pero antes de continuar el viaje comentar algo sobre Aveiro. Está claro que se trata de una ciudad de vacaciones. Todo enfocado al turismo. Las barcas, simulando góndolas, pero con motor. El único canal, enfocado como si fuera la quinta maravilla. Sin embargo, la comida fue buena, aunque muy pesada. Nos atrevemos a probar un plato típico de la región de Porto, las francesiñas. El paseo por las calles está bien, pero da para un rato. Desde luego, no para pasar unas vacaciones.
Empieza la odisea, conducir hasta León consumiendo lo mínimo para que llegue la gasolina. Circulamos por autopistas a 90 km/h. Sin embargo, al paso por Verín comprendemos que no vamos a llegar. Segunda gran genialidad de Alfonso, recargar en una gasolinera sin apagar el motor. Con eso llegamos a León, donde que hay que descargar las maletas sin apagar el coche para poder devolverlo. Pero lo conseguimos y terminamos las vacaciones rumbo a la cama para disfrutar del merecido descanso.

Libros del verano 2016. Cuarta parte

He de reconocer que tengo debilidad por Valerio Massimo Manfredi. Si encima me promete una historia sobre un ejército griego, como ocurre en "el ejército perdido", ya me tiene medio ganado.
Sin embargo, este libro me ha defraudado. La primera mitad está muy bien. Pero tras las batallas la huida del ejército se hace pesada. Es cierto que es la parte que pone en valor de verdad a éste ejército. Sin embargo la sucesión de inconvenientes de todo tipo que se van encontrando hasta llegar al final parecen una película de buenos y malos en las que los buenos no acaban de conseguir algo cuando se encuentran con otra cosa un poco peor. Y al final, conseguir sobrevivir con una vuelta de tuerca final que nadie esperaba.
Un libro, en definitiva, que me ha defraudado.

Libros del verano 2016. Tercera parte

Cuando me encontré con el último libro de John Le Carré lo dejé olvidado porque, tras leer las primeras páginas, en Gibraltar, me dió la impresión de que la historia no daba para más. Tras pasar por la roca este verano, me pudo la curiosidad y lo empecé de nuevo.
La historia se basa en el encubrimiento, por parte del gobierno, de una acción fallida. Lo curioso del caso es que quiere encubrir una acción desarrollada dentro de su propio territorio, aunque realizada con mercenarios. Y ahí está el argumento principal, cómo para encubrir sus pasos ante el electorado, los cargos políticos emprenden acciones que, lejos de ser beneficiosas para el país, son beneficiosas para ellos. Es en ese aspecto donde el autor se mueve con maestría, hasta llegar a un final desalentador, como no podía ser de otra manera.
Los tiempos han cambiado, y Le Carré con ellos. Sigue haciendo novelas de espías con maestría, pero se ha adaptado a lo que ocurre hoy en día. Para los de mi generación le falta intriga, pero es evidente que ese misterio que había tras el telón de acero ya no existe. Por lo tanto está bien y si cumple con lo que dice el título: "una verdad incómoda"

Libros del verano 2016. Segunda parte

Un libro curioso. Unos días antes de coger las vacaciones oí en la radio una entrevista con el autor. Tengo que reconocer que me intrigó la propuesta, una historia de espías en el Madrid de la posguerra con los ingleses y alemanes, inmersos en plena Guerra Mundial, mezclados con las penurias de la reconstrucción de un país.
La historia no está mal y te atrapa, pero le falta mucho para ser un libro redondo. Al final te queda un sabor a lectura de entretenimiento para un verano, sin más.
Sin embargo, no puedo obviar el morbo que produce la lectura sobre hechos que ocurren en una ciudad todavía devastada. En ciertos aspectos habla de cosas que nos pueden hacer imaginar un cierto parecido con la Viena de películas como "el tercer hombre". Aunque el autor se queda cojo y no llega a ser capaz de describir con la debida extensión y profundidad ese Madrid de los años cuarenta. La historia, además, no deja de ser, al final, un pequeño cuento que se alarga en páginas y páginas para llegar a la extensión que el autor considera adecuada.
Pero no quiero ver todo negativo. La historia te engancha y las descripciones son leves, pero suficientes para dejar a tu imaginación volar. Por tanto, una pequeña buena historia para la playa.
Espero volver a saber del autor Manuel Hurtado. Y espero todavía más que su nuevo libro siga mejorando, porque éste no es un mal comienzo: "la librería del callejón.

Vacaciones 2016. Duodécima parte

Una noche nos vamos a cenar al pueblo marinero antiguo de Sancti Petri. La primera impresión es de abandono. Es evidente que hace años hubo aquí un poblado Marinero, aunque ahora no queda nadie. Sin embargo, ha resurgido con los dos o tres restaurantes que se abrieron junto al pueblo deportivo. Nosotros, en cualquier caso, no nos dirigimos a ninguno de ellos, nos vamos a la Cofradía de pescadores. Ningún lujo, pero comida exquisita a precios populares. Disfrutamos de las tortitas de camarón, dela carne maravillosa, de los pescaítos, ... al fin y al cabo estamos en Cádiz.
Después nos acercamos al centro de Sancti Petri, al mercadillo y a la feria. La niña disfruta como loca de las atracciones mientras Alfonso me aparece con una pulsera con la bandera española que me pongo orgulloso. La pena es que se compre dos días después.
Todo lo bonito que tiene el puerto pesquero y la zona de los hoteles donde nos alojamos, se pierde en esta zona de bares y pubs que se podría ver igual en cualquier punto de las costas del Mediterráneo. Pero es lo que quiere el turismo de masas, ¿qué se le va a hacer?

domingo, 28 de agosto de 2016

Libros del verano 2016. Primera parte

Este verano he intentado leer novela de muchos géneros distintos, pero al final he terminado leyendo más novela negra y de viajes que de otros tipos. Siempre se nos termina viendo el plumero a todos.
Para empezar quiero hablar de Mary Jungstedt.
Ha abandonado la serie del inspector Knutas y la isla de Gotland. Ahora se ha ido a Las Palmas de Gran Canaria y ha creado una nueva pareja de detective y periodista. La novela está bien, pero la magia de Visby, que todos nos imaginamos con esa luz mortecina del norte, el misterio que el clima y la oscuridad conferían a las novelas, ha desaparecido. Quizá su nueva vida con su pareja le obligue a escribir sobre el sitio donde vive, pero parte de la sensación de peligro que había en sus libros ha desaparecido.
No quiero decir que el libro no me haya gustado, pero le falta algo para llegar al nivel de los anteriores.
Por cierto, estoy hablando de "Mar de nubes" de Mary Jungstedt.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Vacaciones 2016. Undécima parte.

Empezamos la mañana del viernes en el Hotel "diplomatic" de Lisboa cogiendo el coche y bajando desde la plaza del Marqués de Pombal hasta la plaza del Rossio. Desde allí atravesamos la Baixa y llegamos a la plaza del Comerço, para girar a la derecha siguiendo el cauce del Tajo. Todo esto para anunciar la llegada a Belém, entrar en "los pasteis de Belém" y tomarnos un soberbio desayuno bien lleno de los maravillosos pasteles típicos de aquí.
Después viene la sorpresa: el maravilloso monasterio de los Jerónimos. No se puede decir nada porque es imposible describir la maravilla.
Una cosa que me sorprende es el camino entre el monasterio y la torre de Belém. Lo han transformado en una zona cultural con varios museos, galerías de arte y naves preparadas para artistas.
La torre de Belem es, fundamentalmente, bonita por fuera, porque dentro prácticamente no hay nada que ver. Sin embargo el día es precioso y la orilla del Tajo merece la pena. Tiempo habrá para comentar lo que nos depara la tarde.

lunes, 22 de agosto de 2016

Vacaciones 2016. Décima parte

Cuando antes de salir de vacaciones te tomas un espléndido desayuno y luego emprendes viaje tranquilamente, todo va más relajado y se disfruta más. La consecuencia, dos horas y media más tarde, paramos en Vidago.
Este hotel/balneario trae siempre a la memoria imágenes de principios del siglo XX. Siempre merece la pena parar un rato en él, aunque sólo sea para hacer unas fotos. Si encima te encuentras a Alfonso al piano empezando la gira por Portugal, pues ¿qué vamos a decir?.
Después de una coca cola, y el pertinente helado para la niña en el café de enfrente, continuamos viaje. Pronto llegamos a las colinas que enmarcan el Duero. Las terrazas están en unas pendientes que cansan sólo de verlas, pero el paisaje se antoja precioso. La verdad es que todos comentamos que ahora sí que nos convence volver otra vez a hacer la ruta en trenecito y en barca por el río.
Cuando ya nos veíamos en Coimbra se acaba la autopista. Un trozo que parecía corto se convierte en una hora de tránsito por una carretera con bastante tráfico y bajo un sol de justicia. Pero aún así llegamos a Coimbra.
Aquí todo de reduce a la Universidad. Pero tampoco pasa nada porque el salón de graduados, la capilla de Derecho y la biblioteca, junto a la terraza al río, compensan todas las horas de coche. Incluso la escalinata que subimos para llegar al campus se antoja menos dura después del atracón de arte.
Y para terminar un mirador al otro lado del río que permite hacer una fotos de la Universidad que la destacan frente a toda la ciudad, ¡cómo no puede ser menos!.

domingo, 21 de agosto de 2016

Vacaciones 2016. Novena parte

Una mañana de sábado cogemos la carretera entre Sancti Petri y Medina Sidonia. Al pasar por un pueblo nos sorprende el cementerio, la entrada parece de un hotel de cinco estrellas. En Medina el paseo por el pueblo nos lleva por una plaza mayor que parece sacada de los años 60, y por unas calles blancas que deslumbran. En lo más alto un castillo preside todo, como guardando los secretos de un pueblo cuyo nombre evoca la grandeza de España.
Siguiendo la carretera llegamos a la autopista de Algeciras. Es curioso, pero el paisaje de la Sierra nos sorprende a todos porque parece sacado de otras partes del país.
Terminada la autopista entramos en Gibraltar. Lo primero que llama la atención es que se conduce por la derecha. Después están todos los tópicos, el paso del aeropuerto, la típica cabina inglesa, el puerto, y las playas (aunque parezca increíble, hay playas). Después de pasar un túnel llegamos al fin de la roca y el mar (presidido todo por una mezquita enorme, ¡si es que no aprendemos!). Volvemos por una carretera que nos lleva por encima de la roca y que luego baja pasando urbanizaciones hasta el centro de la ciudad. Aparcamos y subimos en el teleférico hasta la cima. Nada más bajarnos el olor ya advierte que vamos a ver los monos. Efectivamente, allí están. Se las saben todas, hasta se montan en un carrito de bebé en cuanto la madre coge al niño. Además de los monos las vistas son impresionantes. Lo más curioso es que por el lado del mar vemos que hay una carretera entre la montaña y el mar que da paso a dos playas artificiales más y a una fila de casas de veraneo.
Decidimos que ya está todo visto y nos vamos rumbo a Tarifa.

sábado, 20 de agosto de 2016

Vacaciones 2016. Octava parte

Óbidos es un pequeño pueblo del centro de Portugal que es especial por el castillo que corona la colina y por las murallas, que partiendo del mismo rodean todo el pueblo.
Hace unos años estuve con Javi (muchos años ya) y disfrutamos de un recorrido por las murallas precioso casi en exclusiva para nosotros. Hoy en día el silencio ha desaparecido. Nada más aparcar encuentras una feria medieval por las calles del pueblo, muchos turistas y el castillo cerrado porque hay unas Justas y una representación, con cena medieval incluida, a precio de oro. Así que nos conformamos con pasear por las calles y cenar, por cierto, muy bien  en el segundo restaurante a la izquierda de la calle de abajo.
La sorpresa nos la da Alfonso comprándole una túnica que simula ser templaria. La verdad es que le queda muy bien y da el pego.
De ahí a Lisboa una hora de autopista y a descansar de un día verdaderamente largo que empezó en Fátima.

jueves, 11 de agosto de 2016

Vacaciones 2016. Séptima parte

Cambiamos de viaje. Una mañana de jueves amanecemos en Fátima. El hotel "Luna Fátima" ha sido comodísimo, y con un buen desayuno. La visita al santuario nos carga las pilas para el resto del viaje y nos permite pedir por todos.
Primera decisión de la mañana, ir por carretera a "Batalha". Eso nos permite atravesar una pequeña sierra muy bonita, llena de árboles y ver el monasterio desde la parte inacabada. Hace mucho calor, pero al entrar se nota el frescor de todas las iglesias medievales. ¿Qué decir del interior? La iglesia espectacular, y el claustro maravilloso. Yo entro más tarde con la niña porque se queda comiendo un helado. Al salir nos vamos a un pequeño bar de enfrente donde pedimos unos sándwich muy ricos.
De nuevo en la carretera nos vamos a Alcobaça. Aparcamos y, en el paseo por la zona peatonal, nos encontramos un contratenor cantando en un pasadizo entre plazas. Entre la fuente y la música nos quedamos todos extasiados. Terminamos comprándole un disco, que se convertirá en la banda sonora de la excursión. Y el monasterio, sorprendente, es enorme. No es tan bonito como Batalha, pero lo compensa con el tamaño.
Todavía a media tarde nos vamos a Nazareth para ver unas vistas espectaculares sobre el Atlántico en una zona eminentemente turística. El mirador cumple con lo que esperábamos, pero la sorpresa la da la pequeña iglesia de ese barrio, muy bonita. Seguimos a media tarde y nos da tiempo a ir hasta Óbidos. Por el camino nos sorprende un poco el bosque de eucaliptos que hay rodeando toda la ciudad de Nazareth, que nos lleva directamente hasta una nueva autopista. La verdad es que las carreteras han mejorado mucho en los últimos años.

Vacaciones 2016. Sexta parte

Una mañana de julio cogemos la carretera al sur y vemos todos los generadores eólicos del mundo camino de las ruinas de "Baelio Claudia". Es curioso, en verano y no se ve el estrecho por una neblina persistente que dura toda la mañana.
Aunque parezca increíble tenemos que pasar un rato en la tienda porque no para de llover. Sin embargo la espera nos compensa con la visita a las ruinas sin agobios ni calor. Impresiona ver la ciudad mirando al mar. Parece ser que los primeros que se dedicaron en estas costas al atún fueron los romanos. ¡La humanidad le debe mucho a este pez!

miércoles, 10 de agosto de 2016

Vacaciones 2016. Quinta parte

Para llegar a Cádiz hay que cruzar una lengua de tierra en la que sólo hay la carretera, el ferrocarril y la playa. A un lado la bahía y al otro el mar abierto. Este recorrido te predispone a que no te guste la ciudad, máxime cuando entras y sólo cambia que en vez de las vías hay otra calle y en vez de arcenes hay casas. Sin embargo, al final, te encuentras las puertas de tierra y entras en la "tácita" que ya parece una ciudad de otro tiempo desde el comienzo. Encima aparcamos y vemos el "Juan Sebastián Elcano" fondeado y ya nos parece que hemos cambiado de mundo.
Una tarde completa en Cádiz sólo puede empezar en el mercado de las flores comiendo. Seremos turistas, pero comerse pescaíto en el bar "las flores" es una experiencia ideal para cazar ese ambiente gaditano en el que el idioma parece otro.
Después de comer y tomarnos el café en un barito del casco antiguo que parece típico de la España de otros tiempos, sólo queda el paseo hasta el teatro Falla.
Increíble, pero cierto, allí nos encontramos con un buen amigo de Alfonso que pasa toda la tarde con nosotros dando la vuelta a Cádiz por todo el malecón. En mitad del paseo nos tomamos algo en una fabulosa terraza con vistas al mar en el Parador antes de ver el atardecer.
Finalmente, terminamos el día cenando en "la terraza", enfrente de la catedral.

sábado, 6 de agosto de 2016

Vacaciones 2016. Cuarta parte

Imaginemos una luminosa mañana en Sancti Petri. Con esa premisa lo normal es que Maritere, Rosamari y la niña se vayan a la playa. Mientras tanto, Alfonso y yo, nos vamos al Barceló a tomar un café. Y ¿qué hay en el salón del hotel?, Un piano de cola. Consecuencia: Alfonso tocando el piano.
La verdad es que pasar la mañana sentados, sin prisa, en una terraza de un hotel de lujo no es un mal plan, se mire por donde se mire.
Tampoco lo es ir paseando hasta las lomas que hay al lado de la playa a ver una antigua torre de vigía y un pequeño cuartel abandonado. Escenario ideal, sin duda, de cualquier película española de época que se precie.
Si a todo esto le añadimos acabar la mañana cogiendo a las chicas y recorriendo la carretera de la costa hasta el puerto pesquero de Conil, donde nos intentan vender pescado recién cogido, y comiendo en el restaurante El Gallo en Fuente del Gallo, todo queda perfecto. Un pero, han dejado de trabajar la carne de Retinto, aunque nos ofrecen platos de atún muy buenos.

viernes, 5 de agosto de 2016

Vacaciones 2016. Tercera parte

Después de una mañana de playa y piscina nos vamos al restaurante "El campero" de Barbate para probar diferentes platos de atún. Nos sentamos en las mesas altas que hay alrededor de la barra y la comida fue excelente. Encima el precio no fue caro. Tiene fama y la merece con creces.
Después de comer nos llegamos a Zahara de los Atunes. Este pueblo si que tiene fama inmerecida. Sin bajarnos del coche volvemos a Barbate y de allí al Palmar para tomar un café en el Hotel "el Palomar de la breña". Sólo por ver los enermes Palomares reales ya merece la pena.
Una vez allí ¿qué menos que continuar la tarde en Caños de Meca tomándonos un mojito (que en mi caso fueron dos)?,  mientras vemos caer el sol en otro atardecer maravilloso. Encima la niña disfrutó a lo loco porque Rosamari y ella bajaron a la playa a bañarse.
Después de esto sólo se puede terminar la tarde viéndose poner el sol desde un alto. Y el mejor, Vejer de la Frontera. Otra vez más un paseo en ese tiempo que hay entre el día y la noche por el casco antiguo de Vejer se hace como en un sueño del pasado que se ve en cada callejón.

jueves, 4 de agosto de 2016

Vacaciones 2016. Segunda parte

No me apetece ir por orden cronológico, así que contaré lo que me apetece cada día.
Un sábado de julio por la tarde tomamos la carretera de la costa entre Algeciras y Tarifa. En cuanto dejamos atrás las últimas casas de Algeciras ya empezamos las primeras cuestas del puertecito que hay entre ambas poblaciones. Y ahí, empieza el espectacular paisaje en el que ves el mar a tu izquierda, pero muy abajo, y al fondo, pero muy cerca, la costa de África. Todos los pensamientos se vuelven inmediatamente hacia las ideas que tenemos de otro continente, con clichés de todo tipo. Tan cerca y a la vez tan lejos, con dos mares que nos separan físicamente, pero con toda una forma diferente de entender la vida que nos separa de verdad.
Mientras subimos el puertecito nos vamos frustrando cada vez más porque vemos varios miradores y chiringuitos con terraza, pero siempre al otro lado de la carretera y con línea continua. Cuando ya pensamos que no podremos parar nos encontramos en la cima una salida de una antigua gasolinera, hotel,... ¿quién sabe?. Encima todo es perfecto, el viento, presente continuamente en esta costa, es suficiente para amortiguar el sol de plomo de estas primeras horas de la tarde, pero no tan fuerte que resulte molesto.
¿ Qué imágenes de cuando éramos niños nos evocan estas vistas de África? ¡Sabemos que aquellos sueños de películas de aventuras no son reales, pero soñar es gratis!. Por no variar la niña quiere hacer pis y Maritere de nuevo busca el sitio ideal mientras Alfonso hace fotos, Rosamari se preocupa por si nos llevará el viento y yo disfruto empapándome del paisaje.
De ahí a Tarifa ya sólo nos queda un pequeño descenso que completamos en unos minutos. Se acerca el atardecer y seguimos sin comer. A ver si encontramos algo a estas horas, ...

miércoles, 3 de agosto de 2016

Vacaciones 2016, primera parte

Hace tiempo, empecé este blog con intención de escribir sobre las cosas que veía de viaje. Luego fui derivando hacia cosas que me indignaban. Finalmente lo dejé morir por falta de ganas porque había demasiadas cosas que me preocupaban y me siguen preocupando.
Hace unos días Alfonso me comentó que le gustaba leer lo que decía sobre los viajes y sitios que vimos en su momento. Además de sentirme alagado me he sentido obligado a empezar de nuevo a hablar de los viajes y los sitios que más me han gustado. Así que allá vamos de nuevo.
Voy a intentar hablar de restaurantes, chiringuitos y placeres que a mí me encantan. No soy la guía Michelin, así que mis opiniones son sólo mías y no es necesario que nadie esté de acuerdo.
Un saludo y mañana empezaremos en Cádiz.