viernes, 20 de mayo de 2016

Dejadez,... ¡O connivencia!

Leo en el periódico que varias asociaciones de vecinos instan al Ayuntamiento de León a cumplir sus propias normas. Sus quejas se basan en el exceso de ruidos, el incumplimiento de horarios y el mal uso de las terrazas de los locales.
Todos sabemos que las leyes se hacen para ayudarnos a convivir. Sin ellas nos destrozaríamos unos a otros como en la peor batalla que podamos imaginar. Sin embargo, nadie es capaz de cumplirlas todas. Sobre todo en España que hay leyes para todo y la picaresca está a la orden del día.
El Ayuntamiento de León, me temo que casi todos los ayuntamientos, se dedican a ignorar, despreciar e incumplir sus propias normas. Salvo que éstas les den votos. En este último caso vemos cómo actúan con rapidez y contundencia. Todavía recuerdo una tarde de sábado a la policía municipal acosando, amenazando e incluso deteniendo (al menos le obligaron a montar en el coche municipal) al ruso del acordeón. Pero a los ruidosos e irrespetuosos del barrio húmedo no se les toca. Otro día le comenté este hecho a un policial municipal y me dijo que no se tenían pruebas de las faltas (curioso, se lo comenté a las 3 de la mañana en una llamada desde mi casa en la que el mismo me pidió que bajara la música para hablar con él. Música que no era mía, venía de la calle).
¿Hasta cuándo los honrados ciudadanos que pagamos impuestos tenemos que soportar un Ayuntamiento que ampara la ilegalidad? Me temo que la corrupción es también esto, pero a casi nadie le preocupa.

jueves, 19 de mayo de 2016

Corrupción

Hoy he leído al amigo Miguel Ángel y, salvando las distancias, puedo afirmar que estoy de acuerdo en lo fundamental.
Yo que soy como soy sí que resaltaría una idea que siempre he tenido en mente: la corrupción es parte Constituyente de la naturaleza humana. Cada persona se corrompe de diferente manera y en diferente magnitud, pero no existe nadie que no se haya corrompido en algún momento de su vida. Las razones de cada uno son diferentes, pero es igual colocarse por enchufe en un puesto de trabajo que estafar miles de millones, ambas son corrupción.
Algo también inherente al ser humano es autojustificarse. Todos decimos eso de: "no es lo mismo". ¡Qué se lo digan a la persona perjudicada!.

martes, 17 de mayo de 2016

Hipocresía

Llevó unos días en los que sólo oigo hablar de bilingüismo. Lo curioso del caso es que he llegado a las siguientes conclusiones:
1. La mayoría del profesorado considera que no es bueno para el alumnado, pero no se atreve a decirlo por si le parece mal a los padres, a la Junta, ...
2. Como se ha impuesto en el Centro hay que buscar voluntarios para ofertar su materia en bilingüe. Pero se comentan, se sugieren y se analizan las demás materias, no vaya a ser que toque la que no queremos.
3. Todos los profesores son muy reivindicativos en el café y en la sala de profesores. Sin embargo se vuelven mudos cuando hay que enfrentarse a inspección.
4. Todos dicen que el programa es un fracaso. No hay más que ver el reducido número de alumnos que lo eligen en primero y la cantidad elevada que lo abandonan posteriormente. Pero a los padres, inspectores y dirección provincial no se le dice nada.
Curioso